miércoles, 10 de agosto de 2011
La Pecadora Privilegiada
Cuando el Señor Jesús resucito, se le apareció primero a María Magdalena. Cuando me di cuenta de lo que habia leído en este mensaje, me puse a pensar ¿Porqué? ¿No deberia ser para los discípulos que estaban con él todo el tiempo primero? Aquellos discípulos pasaban todo el tiempo a su lado, vieron las curaciones, los milagros y eran sus siervos. ¿Pero cuando Jesús resucitó, como se encontraban sus discípulos? La Biblia nos dice en Mateo 16: "Y los discípulos estaban tristes y llorando", es decir, mientras ellos estaban sintiendo, en la emoción, María Magdalena estaba tomando una actitud, actúando en la fe, buscando de algo para ofrecer a su Señor, fue hasta la tumba, ella estaba a los pies del Señor Jesús, aprovechando de su tiempo para buscarlo, a pesar que todo el mundo decía que estaba muerto, ella fue a buscarlo. Que pasaje tan maravilloso!
Y Jesús se le apareció, incluso antes que a sus discípulos, y ella fue contar a todos esa maravilla, pero los discípulos que estaban con Jesús todo el tiempo, no lo podían creer.
Muchas personas van a la iglesia, hablan de Jesús, sirven a Dios, pero cuando los tiempos dificiles llegan, las tribulaciónes, la humillación, la injusticia se aparece, en lugar de encontrarse a los pies del Señor Jesús y depender de Él, y agradar a Dios, por desgracia, se ponen tristes y lloran, y algunos incluso abandonan su fe.
Es para estos momentos y muchos otros la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Siempre tendremos errores, y la madurez espiritual viene con la entrega, la práctica de la Palabra de Dios y con el pasar del tiempo. Pero en este camino de fe, estamos seguros de que los que confian en el Señor nunca quedaran vacios, correran y no se cansarán, permaneceran para siempre y seran como los montes de Sión, porque son nacidos del propio Dios y lo conocen verdaderamente. Por eso no podemos buscar la gloria de este mundo, aquí todo pasa, todo es vanidad, pero la gloria que esta por venir, ni se puede comparar con lo que tenemos aquí.
Las luchas y sufrimientos no nos pueden hacer desisitir, al contrario, debe servir como un puente hacia una vida maravillosa con Dios, buscando diariamente una perfecta comunion, llenandonos con el Espíritu Santo, porque Él es el regalo más grande, sana las heridas, nos forma, nos hace felices, nos hace más fuertes, nos da una vida nueva, nos consuela, nos renueva, en fin ... no tengo palabras para expresar la importancia del Espíritu Santo, y lo que hace en la vida de aquellos que se colocan a su disposicion para recibirlo y servirle.
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