sábado, 26 de marzo de 2011

Mi vida antes y despues de tener el Espiritu Santo


Mi familia tenía muchos problemas: miseria, deudas, peleas, separación, hogar dividido. Yo fui criada en un ambiente sin amor, sin atencion y tenia muchos problemas que fueron aumentando cada dia mas.
E mi juventud, yo era muy inmadura, yo creia a todos que me decian: "Te amo". Estaba sin rumbo, sin amor y triste al mismo tiempo. Sin ningún tipo de malicia, mi vida que era horrible en la juventud llegó a ser peor. Empecé a salir con los chicos y viajaba. Unos me decian que eran solteros pero algún tiempo después descubría que eran hombres casados. Hombres que decían ser apasionados, pero en realidad sólo querían aprovecharse de mi cuerpo. Entre en un mundo de bebidas, drogas, donde solo había decepciones y muchos amigos falsos. Era sólo celos, intrigas, y un gran vacío en mi corazón.

Recuerdo que cuando salia los Sábados y regresaba Domingo por la mañana, todavía con los efectos del alcohol, sentia una tristeza inmensa en mi interior. Yo tenía todo lo que muchas chicas de mi edad quería tener: estaba en la universidad, tenia un buen trabajo, mi propio carro y con gran sacrificio, yo tenia mi independencia financiera. Pero verdaderamente yo era una persona vacia e infeliz, algo me faltaba.

Un día, por mi propia cuenta, hablé con Dios: "¿Si existe una felicidad verdadera sera posible que el Senor me ensene como la puedo encontrar?"

Un día, en mi casa, después de regresar de un viaje al carnaval, en el cual había pasado por todo. Yo estaba tan triste y oí en la radio el testimonio de una ex-prostituta que decia que su vida había cambiado, que tenia muchos hombres, pero no era feliz y conto el cambio en su vida. Entonces se me ocurrió: "Si ella ha encontrado la felicidad, porque no puedo yo encontrarla" y al día siguiente fui a la iglesia.

Dios mío, hoy me acuerdo de cuando llegué mi primer día. Cuando terminó la reunión hablé con Dios: "Yo estoy segura de que este es mi lugar, tengo tristeza, ansiedad, decepción, un vacío, poseida por espíritus del mal que hacian lo que querían en mi vida. Hoy lo recuerdo con lágrimas en los ojos, ya que fue el comienzo de una nueva vida. Una vida que yo estaba buscando desde hace mucho tiempo y no la encontraba. Escuchaba al pastor hablar y vi tanto amor cuando el hablaba. Un amor que ningún hombre me mostró, fue el amor de Dios para mí.
Decidí entregarme con cuerpo, alma y espíritu. En un mes fui bautizada en las aguas y deje todo: discotecas, boliche, la vida nocturna. Comence a ir a la iglesia todos los días. Me encantaba estar allí, me sentía mejor que estar en mi casa. Las obreras me dieron mucha atención, preocupadas con mi liberación, fueron verdaderas siervas que me ayudaron y aquí agradezco a cada una de ellas.
Segui perseverando y buscando una nueva vida. Queria el Espíritu Santo más que nada en mi vida, con todas mis fuerzas. Aun habían muchos problemas, pero en ese momento no me preocupaba, ni me molestaba más con ellos. Yo sabía que Dios estaba mirando.

Lo que más deseaba era tener el Espíritu de Dios dentro de mí, y a los tres meses recibi el Espíritu Santo en mi vida. Fue algo maravilloso e inesperado, sin explicacion, algo que me llenaba, me hizo feliz, y empeze a darme cuenta de que lo que me faltaba no era un hombre, o una casa, o una boda, o un padre, o una vida financiera establecida. Pero fue el Espíritu de Dios dentro de mí, era lo que buscaba desde hace mucho tiempo y lo acababa de conocer. Era el día día más feliz de mi vida, sali de alli cantando, con ganas de decirle a todos de ese amor incondicional que había encontrado.
La proxima semana, todos los que me conocían, me preguntaban qué me estaba pasando. ¿Porque estaba así? ¿Porque había cambiado mucho?
Y yo les respondí: "porque había encontrado a mi Señor".
La alegría y la plenitud se hicieron cargo de mí, mi único placer a partir de ese momento fue buscar su favor, servirlo a El...

Fue una verdadera conversión, un cambio total de dirección en mi vida.

La historia es larga, son 15 años de servicio a Dios, porque en seis meses me hice obrera y mi mayor placer y gusto (que sigue siendo el dia de hoy) fue evangelizar, cuidar y hablar con los necesitados, ayudar a la gente, y el amor fue creciendo tanto diariamente hasta que decidí dejar todo: mi trabajo, la universidad, mi familia, todo.
Un día estaba leyendo la Biblia y medite en lo que leí: "El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio" y me pregunte: "¿De qué sirve que me gradué y llegue a ser tan sabia en este mundo?, si lo que mi Dios quiere para mí es que yo gane almas..." Así que lo deje todo para servir a mi Señor en el altar, y que placer... Ahh qué día!

Todos estos años que pasaron lo que no faltaron fue razones y luchas para desistir. Porque caminar con Dios no es vivir en un mar de rosas, pero es pasar por un mar y no abrumarse ante él, no es mirar hacia atrás, es mantenerse. Es mirar a la cruz, es mirar sólo al consumador de nuestra fe y no para los hombres. Y sólo con este Espíritu que viene de Dios mismo, puede mantenerse firme e inquebrantable en cualquier situación de este mundo. Pero yo siempre trato de vivir mi primer amor. Para mí este es uno de los secretos para permanecer con el Señor Jesús. Amarlo con todas sus fuerzas, pensamientos y actitudes cotidianas, exhalando el perfume a cualquier persona que está a nuestro lado

Doy las gracias de todo mi corazón al Señor en primer lugar. Al pastor que estaba allí, viviendo su sacrificio para salvarme, los obreros que salieron de sus casas y dejaron sus propias vidas para cuidarme. Porque si no fueran ellos, no sé qué sería de mí y sin duda habría perdido mi salvación.

"Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. " (Romanos 8:38)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario