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La Oración no es una manera de controlar nuestros marido, hijos o personas que están a nuestro lado. Nosotros hemos aprendido con Dios que es exactamente el contrario. El poder de la oración que existe adentro de nosotros es para nosotros. Pero creyendo en el poder de Dios para transformar cualquier situación: matrimonio, relación, circunstancias y momentos o fases que usted este enfrentando. Yo misma ya utilice este poder pero de una forma muy equivocada. Yo pensaba que solamente a través de mi oración Dios iba hacer exactamente lo que quería pero muchas veces nos equivocamos a causa de no escuchar la voz de Dios y dejamos de recibir las bendiciones de Dios. Para mi la oración es realmente un poder adentro de nosotros, pero Dios no nos la concedió como una herramienta para dominar o humillar las personas. Y para que ellas se quedan de acuerdo a nuestra voluntad, ¡no!
Pero si, la oración es una herramienta maravillosa que esta a nuestra disposición para ser utilizada con amor y discernimiento. Por ejemplo: como esposa, uno debe aprender hacer más lo que es correcto de que siempre querer tener la razon, criticar menos y aprender a agradar mas al esposo, hablar menos y escucharlo más. Hablando acerca de nuestros hijos buscar ser más un ejemplo de que dar solamente consejos,
, escuchar mas a ellos al inves de discutir con ellos, enseñar a ellos mas los errores de que apuntarles el dedo. Y como siervos de Dios debemos aprender dar más la vida, ser una verdadera ofrenda, porque muchas veces durante las oraciones pedimos mucho, pero dejamos de servir a Él como Él merece.
Haciendo así, estaremos invitando a Dios entrar en nuestra familia, para que ellos tomen posesión de la bendición y sean personas felices. Normalmente cuando aparece las diferencias en el matrimonio o problemas en la familia, acontecen argumentaciones entre amigos, o hasta mismo adentro de la familia, en la mayoria de las veces, la oración es siempre el ultimo recurso. Siempre buscamos discutir, ignorar, confrontar, debatir o hasta mismo optar por el silencio, y todo esto sin resultados satisfactorios. Pero con certeza si la oración viene primero, esas formas desagradables de actuar podrán ser evitadas. Y así aprendemos a orar antes de actuar, y allí esta el gran secreto de vivir en la dependencia de Dios.
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