
Después de muchas experiencias con Dios, y la fidelidad de Él en contestar nuestras oraciones, nosotros podemos afirmar que sí, ¡la oración funciona!
A cada día aprendemos mas, pero no es tan fácil aprender a quedar solamente en oración y esperar que Dios tome el control de la situación. Yo aprendí hace mucho tiempo atrás, cuando pasé por situaciones muy difíciles en mi vida y Dios habló conmigo, y me enseño que la ansiedad que yo tenía solamente iba retrasar las bendiciones en mi vida. Porque cuando estamos ansiosos, tenemos también duda y junto con la duda viene la falta de fe. Entonces tome la actitude de dejar Dios actuar y tomar el control de mi vida.
Muchas veces tenemos situaciones difíciles y hablamos con Dios: yo entrego este problema en tus manos, pero el tiempo pasa y el problema no es resuelto y entonces intentamos resolver con nuestras propias manos. Por ejemplo: a veces el marido tiene algún comportamiento que no agrada a Dios y nos gustaría mucho que él cambiase. O su hijo enseña señales de un carácter negativo y entonces primero confiamos en Dios. Pero después de un cierto tiempo no miramos resultados, y entonces empezamos a tomar actitudes como por ejemplo: reclamar, discutir y empezamos a hablar y actuar con nuestras fuerzas. Y Dios no puede más actuar y sacamos el problema de las manos de Dios y tentamos resolver con nuestras propias manos, y en este momento la oración pierde su poder. Cuando tentamos controlar nuestros maridos o hijos con una lista enorme de cosas que nos gustaría que ellos correspondiera, estamos actuando de manera equivocada. Porque ellos no irán conseguir sólos y vamos a quedar desapuntadas. Lo mejor es hacer una lista de cosas que queremos y colocarla en las manos de Dios. Lo mejor y más inteligente es poner las expectativa en Dios, que Él va a trabajar en la vida de aquella persona por quien estamos orando. O sea esperar que ella va a trabajar y ella va a cambiar a causa de la acción de Dios.
Algunas veces, cualquier cosa que digamos solamente irá perjudicar el andamiento de aquello que Dios quiere hacer. Por tanto lo mejor es callar y orar. Cuando confiamos completamente en la acción del Espírito Santo todo cambia. Nuestra manera de mirar las cosas, cuando oramos por una persona, cada vez más el amor en nuestro corazón va creciendo más por ella. Y vamos aprendiendo como entender a ella y mejorando a cada día el relacionamiento.
La oración junto con la a sabiduría hace cosas maravillosas. Y tenga seguridad, nosotros tenemos la autoridad para detener el mal y permitir el bien. La oración es el lenguaje suprema del amor, y a través de la oración usamos nuestra autoridad, permitiendo así que Dios transforme toda y cualquiera situación.
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.... tiempo de callar, y tiempo de hablar; [Eclesiastés 3: 1,7]
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